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Conocimientos especializados - Martillos/clavos/sacaclavos
Detrás del sencillo exterior de los martillos japoneses se esconden características de diseño altamente inteligentes:
La cabeza es blanda en el centro y solo está endurecida en las caras. Por lo tanto, el Genno ofrece un impacto fuerte y amortiguado, sin rebotes. Mientras que una cara es plana, la cara contraria está ligeramente abombada. Esta se utiliza para hundir clavos y para trabajos de montaje y marquetería.
Gracias a su mayor grado de eficacia en comparación con los martillos de ebanista europeos, se puede elegir una versión del Genno más ligera. Los mangos extralargos de Boshu (roble blanco japonés) son muy resistentes. Las superficies naturales y la forma esbelta y ergonómica ofrecen un manejo cómodo. Hay disponibles mangos de recambio. Se indica el peso de la cabeza.
- 4-Kaku Genno
Martillo con cabeza rectangular y bordes redondeados. El perfil de la cabeza se estrecha ligeramente hacia el centro, proporcionando una buena estabilidad direccional. Martillo universal para trabajos de montaje y clavar clavos, entre otros. Para golpear el formón japonés (Nomi) se suele utilizar un Genno de 375 g.
- 8-Kaku Genno
Martillo de cabeza octogonal con flancos planos que también se pueden utilizar como superficie de golpeo. Ideal para trabajos de ajuste, p. ej., para ajustar cuchillas para cepillo y nivelar.
- Herramientas Estwing®
En el martillo de Estwing, la cabeza, el cuello y el mango de cuero encajan a la perfección y lo convierten en una herramienta de golpeo indestructible. Acero para herramientas forjado de una pieza, con temple selectivo en las caras y lijado en toda la superficie; mango ergonómico de discos de cuero. - Martillo de punta 698 Picard®
Picard lleva desde 1857 sentando las bases de calidad en la fabricación de martillos de calidad superior. El modelo 698 es un artículo imprescindible en la caja de herramientas de cualquier carpintero. Mango ovalado irrompible de tubo de acero con empuñadura de elastómero antideslizante y antivibraciones. Cabeza con punta y garra sacaclavos con temple selectivo, cara rugosa y sujetaclavos magnético.
- Martillos de cuero
Una piel así de gruesa no se inmuta fácilmente. Las cabezas de estos martillos se fabrican con piel de búfalo americano. Amortiguan el golpe y protegen la superficie de las piezas delicadas. Son ideales para el montaje de muebles, el interiorismo, la restauración y la colocación de parqué y baldosas. Gracias a su alta resistencia al desgaste también se pueden utilizar para golpear formones de talla. Mangos ergonómicos de nogal hickory.
Imprescindibles tanto para el bombero sueco como para el carpintero en la obra. Las patas de cabra de Tove son sinónimo de fiabilidad desde hace más de 50 años. Están completamente forjadas, por lo que son muy ligeras en relación con su tamaño, algo muy importante para los carpinteros que se tienen que desplazar en su trabajo. Las anchas paletas esmeriladas en ambos extremos facilitan la aplicación y cuidan la superficie de la pieza. Garantía de por vida.
Herramienta de carpintero para preperforar agujeros para clavos largos. Punzón forjado y templado con travesaño para sacar la herramienta de la madera. Mango de roble rojo.
Al clavar clavos se produce mucho calor debido a la alta fricción, lo que puede destruir las fibras de la madera y reducir la fijación de la unión de los clavos a la larga. Por eso, es recomendable utilizar los clavos más cortos y delgados aptos para la tarea en cuestión.
Clave el clavo con golpes suaves con la cara plana del Genno hasta la cabeza y, a continuación, húndalo del todo con un golpe fuerte con la cara abombada.
Para la madera dura se recomienda realizar una perforación previa o recortar la punta del clavo para generar un efecto de corte y romper así las fibras de la madera.
Nos gustaría contarle una antigua leyenda japonesa que explica una historia sobre el Genno.
En el año 1385 d. C. se empezaron a producir muertes inexplicables en la prefectura de Tochigi. El responsable era una piedra llamada Sesshouseki que, al parecer, estaba poseída por un espíritu maligno. Esta piedra mataba a todos los seres vivos que la rodeaban. Los pájaros caían desplomados y las personas que se encontraban cerca morían sin motivo aparente.
Para poner fin a esta atrocidad, un monje llamado Gennou Shinsho se dirigió al valle en el que se encontraba la piedra y la atacó con un martillo cuya forma se parecía a la del Genno actual. Con un fuerte golpe, la piedra se destruyó y los pedazos fueron catapultados a las provincias de Okayama, Niigata, Hiroshima, Oita y Gunma. Desde aquel momento, el Genno lleva este nombre.
«El valle en el que se habría encontrado la piedra es de origen volcánico. Las piedras de dicho valle contienen gases volcánicos que se componen de sulfuro de hidrógeno, dióxido de azufre y arsénico».